5 libros para refrescarse y disfrutar del agua y del verano con las personas más pequeñas de la casa - Infobae

2023-02-05 17:21:15 By : Mr. Tom Yang

Comienza el año y aquí en el hemisferio sur es verano. Y en verano, la primera ilusión es el agua, esa sustancia compuesta de un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno. El agua para refrescarse y compartir con amigos, amigas y familia.

Cuando empieza a hacer calor y aparece el deseo de ampliar el horizonte y zambullirse en el agua, recuerdo este pequeño —e inmenso— relato de Eduardo Galeano:

Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.

Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.

Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.

Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:

Hablar sobre el mar es también hablar sobre la mirada. Sobre la necesidad de sumergirse, de jugar con las olas y la espuma. Y no solo en el mar, el contacto con el agua es el mayor de los placeres del verano, en el mar, en el río, en la pileta de material, en la pelopincho o en la ducha.

Esta selección invita a observar y disfrutar este tiempo de vacaciones, que también es propicio para la lectura.

Formas de ver, escrito por Liliana Bodoc, ilustrado por Nadina Romero Marchesini. Buenos Aires: Pez Menta ediciones, 2021

El abuelo tiene tres pares de anteojos.

Para saber si el mundo

y el sol en su lugar.

Un abuelo y su nieta en este poema inédito de Liliana Bodoc. Una nieta descubre que su abuelo tiene tres pares de anteojos. ¿Qué ve el abuelo con sus anteojos? El abuelo no mira de una única manera, y a lo largo del poema de Bodoc esas miradas serán compartidas. La idea es animarse a mirar, de cerca, de lejos, en lo profundo. Liliana nos cuenta al inicio del libro que le debe este poema a la dulzura de su abuelo, que tiene incluso, anteojos para contemplar:

El abuelo me sienta en sus rodillas

que, en el aire, se aleja

Contemplar en muchas direcciones: de cerca, de lejos, en lo profundo. Las ilustraciones de Nadia Romero Marchesini que se disfrutan en cada doble página, resultaron ganadoras del concurso de ilustración de la Feria de Bologna (2022). Son conmovedoras, tienen algo del estilo de Isidro Ferrer, de trabajar con volumen y una paleta reducida de marrones, blanco y negro. Es un trabajo minucioso lleno de detalles: tramas, texturas, línea, collage. Los escenarios nos permiten detenernos, ser parte del poema y observar. Dijo en una entrevista sobre las ilustraciones de este libro: “Los elementos que utilicé fueron elegidos en función de lo que quería representar, fundamentalmente el paso del tiempo, pero también la memoria y las huellas de historias familiares que persisten y se vislumbran en el vínculo, en este caso, de una niña con su abuelo.”

Liliana como siempre, gran artista de las palabras, da cuenta de que las formas de ver pueden ser variadas. Un libro hermoso para leer en tándem con Formas diferentes de hacer las mismas cosas, de Nicolás Schuff y Mariana Ruiz Johnson.

La editorial cuenta en su página:

“Como nos gusta lo insólito, lo diferente, lo absurdo, lo inesperado, lo poético, lo desafiante, lo que alborota, lo imprudente, lo artístico, nos pusimos a hacer libros que tuvieran todo eso y mucho más.” Se puede afirmar que con Formas de ver lo lograron.

Un libro recomendadísimo para todo público.

¡Eureka! Un libro bajo el agua. Escrito por Laura Wittner, ilustrado por Pupé. Buenos Aires: ABRE, 2021

¡Otra!, propone mi prima Amapola.

Es imposible pero muy simpática:

yo no puedo vivir bajo una ola;

solo probar la siesta subacuática.”

¡Nadie contiene la respiración

como para un sueñito de ocasión!

Un libro para niños y niños con ganas de inventar mares por todos lados. Se disfruta la poesía y los escenarios que aparecen en cada doble página. Un libro donde la curiosidad, el disfrute, las preguntas y las ganas de divertirse van de la mano.

Todo el tiempo en la pileta pelopincho para descubrir el mundo. ¡Eureka! dijo Arquímedes cuando se metió en el agua para darse un baño y entendió cómo calcular el volumen y la densidad. La ciencia está llena de momentos “eureka” y este libro se propone conocerlos entre poesía y ciencia.

Una reunión familiar en pleno enero. Por supuesto hay asado y hay pileta. La abuela quiere y sueña con que la luna bajé al mar, la prima Amapola quiere dormir bajo el agua, Magdalena tiene una idea: hacer hielo caliente… Paso a paso y verso a verso este libro es un laboratorio de descubrimientos en el que no faltan la imaginación y la rima. La destreza de Laura Wittner siempre encontrando las palabras justas.

Las ilustraciones de Pupé desde las guardas nos envuelven entre objetos cotidianos y habitantes del fondo del mar… o de la pileta. La ilustradora se llama Mariana Pereyra (Pupé) y cuenta en su página personal que en la ilustración y en la docencia encontró su vocación, y que le encanta experimentar con el dibujo como su “forma de hacer y estar en el mundo”.

La editorial propone que el libro pueda ser compartido con amigas, amigos, perros y gatos, o con quien lo deseen, y por eso eligió una licencia Creative Commons. Hay un código QR que invita a escuchar y disfrutar de ¡Eureka! en línea. Y también, para quien quiera pintar, puede descargar una imagen para colorear la propia aventura submarina.

Un libro para leer, jugar y experimentar con las personas más pequeñas de la casa. La editorial lo recomienda a partir de los 3 años.

Vaivén. Escrito por Laura Forchetti, ilustrado por Mariana Ruiz Johnson. Buenos Aires: Ojoreja, 2021. Colección Primera Poesía

el mar es una sábana azul

y la extiendo a mis pies.

Un poema para disfrutar desde la cuna. Laura Forchetti escribe y acuna. Y todo en un abrir y cerrar de ojos en el que aparecen el mar y sus habitantes. Y todo lo que puede ocurrir en ese instante: barriletes submarinos, peces de colores, cangrejos curiosos, pulpos, estrellas y hasta la luna. Todo en un vaivén lleno de ternura.

Un libro cuadrado y chiquito, de 15 x 15, para leer y mirar poesía desde la más temprana infancia hasta siempre. En cartoné, este libro es ideal para que los más pequeños investiguen, den vuelta las páginas y al decir de Yolanda Reyes, lo muerdan a placer.

Las ilustraciones son hermosas y divertidas. Mariana Ruiz Johnson suele trabajar en digital, pero utilizando texturas realizadas a mano. Su paleta es amplia y vibrante.

En esta colección, Primera Poesía, hay una apuesta editorial muy rica: “Poesía de autor para bebés, una colección para acercarse a la simplicidad y belleza del lenguaje.”

Un libro para leer con quiénes acaban de llegar al mundo. Otros títulos de esta colección, por si se quedan con ganas: Bienviento, de Roberta Iannamico y Sabina Schürmann, Dormir sin almohada, de Jorge Luján y Natalia Colombo y Se siente un perro sentado, de David Wapner e Isol.

El mar. Escrito por Micaela Chirif, ilustrado por Armando Fonseca, Amanda Mijangos y Juan Palomino. México: FCE, Fundación para las letras mexicanas, 2020

“El mar es un alma que tuvimos”. Con esta cita de Martín Adán empieza este libro hecho a tantísimas manos. La escritora peruana Micaela Chirif lo escribió y en 2019 recibió el Premio Hispanoamericano de poesía para niños.

Juan Palomino, Amanda Mijangos y Armando Fonseca lo ilustraron. Las tramas de cada pez, la línea azul del mar, como una estela de espuma, recorre todo el libro.

Los poemas dan cuenta de una mirada profunda. Son once poemas que tienen títulos: El cielo, El pulpo, El mar, El pescador (que tiene el mar en el corazón), Las estrellas, Las nubes, Los peces, La Sirena, La ballena, El tigre (que no conoce el mar pero que toma agua del río), El río (que cuando llega al mar vuelve a empezar), y Raquel que cruza el río nadando, así, sin más. Sin embargo, todo el poemario puede también leerse como un único poema que cuando termina vuelve a empezar, entre el cielo y el mar, como canta Joan Manuel Serrat.

El primer poema se llama El cielo:

Las estrellas se quedan quietas

Y el cielo brilla brilla

El libro suena a mar. Los poemas arman el run run que acuna, que mece, que construye, el mar es ese montón de agua salada que inspira, que deseamos mirar, respirar, sumergirnos, estar.

El mar no es un río

El mar no tiene uñas ni pierde las hojas con el frío

El mar no tiene plumas

El mar no se peina ni sabe subir escaleras

El mar suena suena suena

El mar tiene la misma forma de día y de noche

El mar es grande como el mar

Si unes los puntos verás la forma del mar

Si no ves nada es porque estás dentro del mar

Chirif desmenuza el mar en poesía. Y los poemas envuelven a quien lee. Las ilustraciones a seis manos nos sumergen y ahí estamos, entre corales, peces, barca de pescador, estrellas, pulpos, medusas y tantas cosas más. Es el primer libro del FCE ilustrado de esta manera. Los tres ilustradores son muy amigos y les resultó muy interesante el proceso, además de divertido. Trabajaron como si fueran uno, y dibujaron y pintaron juntos, además de pensar mucho sobre el oficio de ilustrar. Es un libro inspirador para disfrutar y proponer en casa la posibilidad de escribir e ilustrar colectiva e individualmente.

Un libro especial para leer con otros títulos que van muy bien con esta selección: Flotante… de David Wiesner, (Océano Travesía, 2007). Y con La piscina, de Ji Hyeon Lee (Calibroscopio coediciones, 2015) y La ola, de Suzy Lee (Calibroscopio coediciones, 2015)

Recomendadísimo para cualquier edad.

Vacaciones. Escrito por Silvina Rocha, ilustrado por Cucho Cuño. Buenos Aires: del Naranjo, 2021

“Donata, Floreal y Benito se van de vacaciones. Donata quiere conocer el mar; Floreal aprender a nadar y Benito, hacer castillos de arena.”

Donata es una llama, Floreal un zorrino y Benito un tucu tucu. Podemos encontrar en esta historia todos los condimentos de las vacaciones: listas, imprevistos, cansancio y descanso. Empacar y desempacar. Los tres personajes salen desde Tilcara y quieren llegar a Mar del Plata. El tiempo se pone en juego. El tiempo y sus representaciones siempre tan relativas. Me hace pensar en los viajes en auto con chicos y chicas pequeños: el “¿cuándo llegamos?”, el hambre, el sueño, todos los “sacrificios” que hay que hacer para llegar al mar, para conocer el mar, como en la historia de Galeano del comienzo de esta nota. Es divertido lo que cuenta la escritora al final, con precisión casi matemática, sobre cuánto tardarían una llama, un zorrino y un tucu tucu en llegar al mar.

Las viñetas de las guardas ya nos introducen de lleno en la historia. Al inicio, con los personajes hechos un nudo queriendo probar modos distintos de viajar, y al final, un laberinto de posibles caminos para que lectoras y lectores puedan disfrutar y jugar a encontrar el modo de que cada personaje logre llegar a destino.

Imposible no identificarse con estas vacaciones, es lo que todos esperamos, deseamos: preparar la valija, tildar la lista para, finalmente, llegar a la felicidad del mar.

Donata piensa y piensa, se le tiene que ocurrir algo.

Silvina dice que se divirtió mucho haciendo este libro con Cucho Cuño, que tardaron cinco años, que al igual que los personajes fueron por momentos lento, rápido y a media marcha, y también cuenta que nunca de chica se imaginó que escribir sería su profesión.

Cucho, por su parte, dice que dibujar animales y contar sus historias es de las cosas que más le gustan.

La llama Donata está preocupada porque no se le termine el verano antes de llegar al mar. Los tres van por la ruta 40 y recorren muchísimos kilómetros. Porque… ¿se imaginan ir caminando desde Tilcara a Mar del Plata?

Cucho Cuño estudió animación y humor gráfico y eso se nota. Las imágenes tienen movimiento y algo de dibujito animado.

El libro es un proyecto que encararon entre ambos y trabajan juntos. El texto está impreso en imprenta mayúscula, para felicidad de algunos primeros lectores.

Es un libro muy lúdico. Recomendadísimo para compartir antes, durante y después de las vacaciones, cuando ya se estén deseando las próximas. La editorial lo recomienda a partir de 4 años.

Hasta aquí estas historias y poemas en donde el agua es el escenario, libros para compartir con los chicos y las chicas que tengamos cerca. Cualquier agua que nos abrace el cuerpo -y la mente- con frescura. Dice Michèle Petit: “Los libros y en particular los libros de ficción, abren las puertas de otro espacio, de otro modo de pertenecer al mundo. Los escritores regalan una geografía, una historia, un paisaje en el cual recobrar el aliento.” El tiempo del verano es más lento, los días son más largos, el calor es agobiante y nada mejor que vivirlo con agua y con historias. Ojalá que estos libros les inviten a chapotear y compartir encuentros y lecturas.