A la hora de viajar, uno de los aspectos imprescindibles para que la experiencia sea lo más placentera posible es la comodidad. A día de hoy, esto es algo que se supone que está garantizado, pero no siempre es así. Una de las medidas para llevar esto a cabo fue la implantación de asientos reclinables en todas las aerolíneas, sin embargo, en el nuevo mercado aeronáutico estos está empezando a desaparecer. 

En primer lugar, uno de los motivos es simplemente el coste de mantenimiento de estos asientos, pues cualquier tipo de mecanismo es propenso a romperse, ya sea por el desgaste normal o por un uso inadecuado. A esto le sigue una reducción del peso dentro de la cabina, ya que cualquier kilogramo que se reduzca en el avión significa reducir también el uso de combustible. Además, los asientos de avión más modernos y ligeros pesan entre 7 y 10 kilos por pasajero. Por último, con la eliminación de la reclinación, las compañías aéreas podían evitar cualquier disputa o riña entre los pasajeros, según informa CNN. 

Atendiendo a estos motivos, una nueva generación de asientos superligeros de alta ingeniería empezaron a aparecer en el mercado a finales de la década de 2000, y parte de lo que los hacía superligeros era que no tenían función de reclinado. Estos se empezaron a implantar en algunas compañías de bajo coste como Jet2. Sin embargo, la razón de peso para su instalación definitiva fue el espacio, pues muchas aerolíneas se dieron cuenta de que quitando la reclinación ahorraban un espacio para poner otra fila de asientos. 

Esto no significa que la desaparición de los asientos reclinables sea algo definitivo. De hecho, la mayoría de aerolíneas premium todavía ofrecen esta opción en primera clase y clase ejecutiva, ya que estos pasajeros pagan un precio más alto por una mayor comodidad. 

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